En diferido
Me miras
con tus ojos inocentes
aburridos de moscas y abandono.
El cólera y el sida
dormitan en tu vientre por si el hambre te deja
cumplir otro verano
Desde el televisor
ni siquiera pareces ser posible.
Te siguen los deportes,
el detergente concentrado que uso
y el vestido que no voy a comprarme.
Frente a la sacarina del café
dios no va a preocuparse de si comes.
Ni yo tampoco.