Llueve sobre un mar que no veremos
Llueve
sobre otro mar que no veremos
en la playa de acero sorprendida
llena de ausencia,
nadie que refugiarse de las lágrimas.
Un lóbrego paseo,
de sombras de palmera desprovisto
en las miradas,
no hay ventana en la que contemplar
destinos que no somos:
Caracolas de arena que humedecen
recuerdos del océano jardín
y creen volver a ser.
El agua derramada sobre el agua,
lluvia perdida.